“¿Da usted su permiso?”. El secretario levantó la cabeza y respondió: “Adelante”.
No vayas a confundir a este funcionario, un hombrecillo enclenque que sólo trabajaba por la tarde y que murió al poco tiempo de ingresar tu tío, con el que le sucedió en el cargo, ocupándolo durante muchos años.
Un crucifijo flanqueado de dos retratos, uno de Franco y otro de José Antonio, presidían el despacho cuya lámpara estaba encendida.
En vista de la indecisión de los visitantes, el hombrecillo con gafas de concha repitió: “Adelante”. Y añadió: “Han venido por lo del chico ¿no?” “Justamente por eso” confirmó el concejal, “este es su padre que está interesado en que el niño aprenda a escribir a máquina”.
“Está todavía en la escuela” explicó tu abuelo, “sale a las cinco. En lugar de perder el tiempo jugando puede aprovecharlo haciendo algo útil” “Sí” dijo el secretario tosiendo y expectorando en la escupidera que tenía al lado del sillón.
“¿Y tú cómo te llamas?” preguntó al orondo mozalbete que no le había quitado los ojos de encima desde que entró en la habitación.
Cuando dejaron el Ayuntamiento, el concejal dijo: “Asunto arreglado. Es un tipo raro pero buena persona. Para mí que no va a durar mucho”.
Tu abuelo iba pensativo. “¿Crees que debería mandarle alguna cosilla?” “Claro, hay que ser agradecido”.
Lo de la escupidera me ha dado mucho asco, pero supongo que sería un objeto de uso corriente en aquella época, como los orinales.
Has dibujado muy bien el escenario del ayuntamiento.
Un médico es lo que debería haberle mandado el abuelo a ese pobre funcionario.
En aquella época había orinales debajo de las camas y escupideras en las oficinas y en las escuelas. Las escupideras servían también de ceniceros. Entonces se fumaba en todas partes. Esos objetos, en particular los segundos, han desaparecido de la vida corriente. El decorado ha cambiado pero las prácticas no tanto.
Lo de las escupideras no lo recuerdo que en los lugares públicos en Rusia hubiese algo parecido, excepto quizá en los hospitales y los centros de salud.
Ya veremos si va a aprender el chico la mecanografía. Un abrazo.
Mecanografía y más cosas. Es un chico espabilado que va a aprovechar la oportunidad que se le ofrece. Que pases un buen día.