320.-En las religiones y en los mitos el mal se asimila al caos primigenio, a la materia amorfa y oscura, sin dirección ni proyecto, lo que recuerda la teoría de los gnósticos y la de Plotino. El mal es el sustrato de la Creación, que es la que informa al caos. Sobre esta base se eleva el edificio de la civilización que, en comparación con sus cimientos, no sólo es de reciente construcción sino que adolece de una precariedad preocupante.
La civilización reposa sobre el caos del que no se ha alejado lo suficiente para cantar victoria. Es dudoso, por lo demás, que pueda realizar la hazaña de su consolidación, puesto que, en tanto que base, no podemos prescindir de la materia amorfa y oscura. Así que, lo queramos o no, seguiremos expuestos a su contaminación, a ser absorbidos por ella y regresar a la vorágine primordial.
Según Plotino, lo que nos salva es el espíritu que no pertenece a la esfera de la materia. A través de él podemos escapar del mal.
Cicerón, como buen romano, tenía una visión práctica de este asunto. El origen del mal está en las pasiones humanas que son las que nos incitan a cometer toda clase de desmanes. El afán de satisfacerlas nos convierte en fieras que no retroceden ante nada.
Schelling buscó las raíces del mal en el ámbito inteligible del hombre, pero este filósofo idealista y romántico, en definitiva, negaba el mal. Las acciones humanas son más o menos positivas, es decir, más o menos buenas. Establece una gradación en la que el cero sería la ausencia de bondad. Ese cero, por debajo del cual no hay nada, es el piso en el que se apoya la escalera por la que hay que ascender. Las acciones difieren, pues, por su nivel de virtud. Hablando con propiedad, el mal no existe. Sólo es imperfección.
Para Nietzsche, otro pensador de gran predicamento, el bien y el mal son conceptos relativos que hay poner en relación con los seres humanos concretos y el “pathos” de cada uno. Lo que es un mal para los débiles puede ser un bien para los fuertes. Es un asunto que depende de la constitución, las inclinaciones y las necesidades. Esta funcionalidad justifica la transgresión de las normas morales y legales que han sido creadas para proteger a los incapaces de asumir su vitalidad y a los que la tienen mermada. El hombre carente de prejuicios se sitúa más allá del bien y del mal, en el olimpo de los dioses.
Santo Tomás de Aquino, para no cuestionar la bondad y la omnipotencia divinas, opta por negar la existencia del mal, del que Dios no puede ser su autor, ni tampoco puede tolerarlo. Las criaturas, que son su obra, no pueden adolecer de un fallo tan flagrante como la perversidad. Para eximir a Dios de toda responsabilidad en este desaguisado, santo Tomás no parte de la experiencia, que lo pondría entre la espada y la pared, sino de un análisis teórico. Él identifica ser y bien. El mal es un nivel más bajo, una distancia mayor de la realización total. En el continuum del ser ocupamos diferentes puestos, pero todos estamos en esa calzada que conduce a Dios.
Como para san Agustín el mal es privación de bien, para santo Tomas el mal es carencia de ser. En ambos casos se produce una corrupción de la naturaleza humana que dificulta o impide aproximarse a ese ideal.
La existencia del mal es un dato que suministra la experiencia. Quienes lo niegan a pesar de todo y se inhiben de una u otra forma, esperan que otros hagan el inevitable trabajo de encarar esa realidad y ponerle coto. O bien, cuando la confrontación se produzca, están dispuestos a convertirse en víctimas sacrificiales sin oponer resistencia, como mansos corderos.
Me quedo con la visión de Cicerón, que está más apegada a la tierra
Los romanos eran hombres prácticos. Lo que sostiene Cicerón es evidente, es una verdad «per se». Quien se deja arrastrar por sus pasiones, acaba haciendo el mal, a los demás y a él mismo. Saludos cordiales.
¡Saludos!
Yo me quedo con Nietzshe creo que acierta más con realidad .Ya hablamos contigo de ello en las entradas anteriores sobre el mal. Quinto Mandamiento : no matarás .Matar es es un hecho/provocación del mal ¿verdad? Pero matando bajo el lema de defender su patria no es malo, lo contrario, eres un heroe . Septimo Mandamiento : no robarás. Pues, robar viene del mal, ¿Y si robo para salvar a mi hijo que esta muriendo de hambre.?
Todo, todo , todo… material y espiritual lo que existe es RELATIVO . Es la principal ley de la existecia del Universo. Un beso , Antonio.
Sí, ya hemos hablado sobre esto en otras ocasiones. Me sorprende la admiración que suscita Nietzsche, que acabó loco, al cuidado de su madre y de su hermana. Todos somos débiles y necesitamos la ayuda de los demás.
Matar en legítima defensa o robar para dar de comer a los hijos son hechos que, a mi modo de ver, no invalidan que matar y robar sean actos malos «per se», como salta a la vista si le quito la vida a un amigo para acostarme con su mujer o si sustraigo un Rolex para lucirlo en la muñeca, por ejemplo. Un abrazo.
Exactamente!!! de ello hablo…todo es relativo . No existe el mal absoluto .
Releí, gracias a tu visita, mi entrada » Los mitos de La Cioconda» ¡Madre mía , cuantos errores ortográficos! Una vergüenza, la he corregido, aunque mejor borrarla, esta mal escrita.
Es una entrada interesante en la que desmitificas, que buena falta le hace, ese icono, más que retrato, sobre el que tantas tonterías se han dicho y se seguirán diciendo.
Recuerdo lo pequeño que es el cuadro, y la cantidad de japoneses que había delante. Dicho esto, añado que me parece una obra muy bella.
Yo le doy la razón a Cicerón y a Plotino pero es un tema complejo.
Que el mal existe está claro.
Existe y no conviene relativizarlo ni, como diría Hannah Arendt, banalizarlo porque después ocurre lo que ocurre.
Antes de ser imperfecto, el hombre al ser dotado de libre albedrío ya tenía capacidad para decidir entre el bien y el mal. Entonces, ¿será que Dios creó al primer hombre con alguna limitación moral que le impidiera tomar buenas decisiones o resistir tentaciones? No. Antes de que Adán pecara, Jehová había examinado toda su creación terrestre —incluida la primera pareja humana— y había llegado a la conclusión de que todo era “muy bueno” (Gébnesis 1:31). Por eso, cuando Adán pecó, Dios no consideró que el error se debiera a algún defecto de diseño. Más bien, culpó a Adán con toda razón (Génesis 3:17-19). El primer hombre no había permitido que el amor a Dios y a sus principios lo motivaran a obedecerlo por encima de todo. Por lo tanto la teoría de Schelling tiene mayor contexto bíblico. Tanto el mal como la imperfección existen.
Una vez que devenimos imperfectos, quedamos más expuestos a claudicar ante cualquier tipo de pasiones o compulsiones. Revertir esa imperfección, a lo cual también alude la Biblia, es la única manera factible que avizoro para que nuestros pensamientos no sean tan proclives a la maldad. El amar la ley de Dios es lo que nos salvará (Mateo 22:36-37).
Excelentes tu razonamiento filosófico y tu exégesis bíblica. Es un punto de vista con el que, en general, coincido. Un escritor al que vuelvo con cierta frecuencia es Aldous Huxley . De sus «Siete meditaciones», la primera esta dedicada al Ser. Se lee allí:
«Dios es. Ese es el hecho primordial. Con el objeto de descubrirlo por nosotros mismos, por experiencia directa, existimos. La finalidad y el propósito de todo ser humano es el conocimiento unitivo con el ser de Dios».
¿Qué nos lo impide?
«Nuestro orgullo, nuestra ansiedad, nuestra ansia de poder y de placer son hechos que eclipsan a Dios» (…) «El reino de Dios no vendrá a nosotros a menos que comencemos a hacer desaparecer nuestros reinos humanos. No sólo los reinos enloquecidos y obviamente perniciosos, sino también los respetables, los reinos de los escribas y de los fariseos, no menos que los reinos de los publicanos y los pecadores». Buen fin de semana.