Vivir podría
En vuestra compañía
Flores blancas, moradas, amarillas
Viendo cómo trepan las campanillas
Por las viejas piedras ennegrecidas
Vivir podría
En esta lejanía
En la eterna grandeza de este día
Apartado de tantas fruslerías
Que enajenan el alma y la marchitan
Vivir podría
Teniendo como guías
A los mochuelos y a las avefrías
En charla afable con las margaritas
Con los cantuesos, con las velloritas
Profundizando
Sin prisa, a pasos lentos
La desnudez de esta hora inmarcesible
La plenitud de la noche estrellada
Los largos estíos, las invernadas
Vivir podría
En esta serranía
Caminando sin brújula, al azar
En el gozo sin trabas ni recelos
Que conduce de la tierra a los cielos
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Hermosísimo poema Antonio, y que fácil parece poder expresar lo profundo a través de lo sencillo. Y sabemos que no. Mi enhorabuena, Antonio.
Gracias, Eladio. Lo sencillo es lo más difícil. Lo más fluido y natural suele ser lo que más se ha trabajado o el fruto de una larga experiencia. Tu comentario es un regalo. Un abrazo.
Me apaixonei por seu poema! Abraços! São poucos amigos aqui na internet que fazem a diferença, que me fazem querer permanecer, apesar de tanto vazio e as miragens de atenção. Adoro realmente o que escreve, e faz parte de meu dia de hoje, que havia acordado sem sal. Agora já tem um ar morno de café…
Obrigado, Mara, pelo teu comentário.
Estou muito contente que este poema em que eu digo uma experiência quase mística
ou pelo menos um desejo de liberação, tem dado sabor a este dia que havias acordado sem sal, chato.
E agora ele tem, de acordo com as tuas próprias palabras, «um ar morno de café».
Essa mudança me agradou muito.
No que se refere ao vazio e as miragens, isso é parte da viagem.
Não deve ser dada demasiada importância. Melhor continuar caminhando. Vamos ver até onde chegamos.
Perdoe o meu português.
La naturaleza siempre cercana, pero inasible; siempre plena, real y verdadera. Coincido con Eladio: hermoso poema. Un saludo Antonio.
Gracias, Álvaro. La naturaleza es como dices. Cuando salgo a andar por esos montes, es cuando más feliz soy. Un abrazo.
Reblogueó esto en MULTIVERSIDADESy comentado:
Me gustó especialmente esta estrofa: Vivir podría
En esta serranía
Caminando sin brújula, al azar
En el gozo sin trabas ni recelos
Que conduce de la tierra a los cielos
Gracias por rebloguear.
Celebro que te haya gustado este poema, y especialmente su última estrofa que puede tomarse como una declaración de principios y de felicidad.
Saludos cordiales.
Yo también «vivir podría» en un lugar así.
Me ha gustado este poema tan bucólico.
Tú aprecias también la naturaleza. Se nota en lo que escribes. Tu amor a los árboles es patente. Yo los saludo cuando salgo a andar, e incluso les hablo. Que esto quede entre nosotros.
Yo también hablo con ellos y me parece de lo más normal pero no lo contaré, por si acaso.
«Far from the maddening crowd», reza el el título de la novela de Thomas Hardy, traducido como «Lejos del mundanal ruido», cuando con mayor precisión sería «Lejos de la multitud irritante». Lo que en estos tiempos, en estos momentos se vuelve una demanda legítima, antes que un anhelo.
No hay como integrarse con la feroz y feraz naturaleza para ser uno con ella y una con nosotros y para que el espíritu vuelva a su esencia, la mente se libere de torturas y demonios, y el corazón respire puro.
Que tus versos tan hermosos sean la expresión de una realidad y ya no, de un profundo deseo.
La humanidad sería más humana, menos bestial.
Sin duda, vivir podríamos…
Abrazobeso con cariño enorme, fraterno y fiel, amicus et magister carissimi et magni.
La segunda traducción del título de esa novela de Hardy es seguramente más acorde con la realidad. La primera remite al «beatus ille» horaciano. En cualquier caso, en este tiempo y en otros, aunque en el nuestro es una necesidad, esa aspiración es una constante. Alejarse y vivir en paz.
Cuando compuse este poema no tenía presente, al menos conscientemente, otro de Whitman que a su manera trata también este tema. Es el que empieza así:
«Creo que podría volverme a vivir con los animales.
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme».
Cuando surgieron los primeros versos, estaba andando por el monte en un glorioso día de finales de primavera.
La experiencia que viví, la experiencia que se vive cuando se está en contacto con la naturaleza, la explicas bien en el segundo párrafo de tu comentario.
Si este poema contribuye a humanizar y a embellecer nuestro mundo, ¿qué más se puede pedir? Un abrazo.
En efecto, la traducción tradicional al español de la novela de Hardy es de influjo horaciano.
No lo tuve presente cuando disfruté estos versos de tu ingenio, pero es ciertísimo que el grande Whitman poetiza bastante con el contraste entre la naturaleza idílica y el modernismo norteamericano que ha redundado en lo que son hoy (un modernismo al que él pronosticó como nefasto y deshumanizante).
Tu espíritu en extremo sensibilizado no podía menos dejarse imponer por la vista que te rodeaba.
Abrazobeso con cariño y admiración, hermano-amigo.