Vivir podría
En vuestra compañía
Flores blancas, moradas, amarillas
Viendo cómo trepan las campanillas
Por las viejas piedras ennegrecidas
Vivir podría
En esta lejanía
En la eterna grandeza de este día
Apartado de tantas fruslerías
Que enajenan el alma y la marchitan
Vivir podría
Teniendo como guías
A los mochuelos y a las avefrías
En charla afable con las margaritas
Con los cantuesos, con las velloritas
Profundizando
Sin prisa, a pasos lentos
La desnudez de esta hora inmarcesible
La plenitud de la noche estrellada
Los largos estíos, las invernadas
Vivir podría
En esta serranía
Caminando sin brújula, al azar
En el gozo sin trabas ni recelos
Que conduce de la tierra a los cielos

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